Título original: Arthur e lo Stregone Nero.
Edición: 448 págs. 15€. Anaya Infantil y Juvenil, noviembre 2011.
Traducción: José Luis Aja Sánchez.
Correlación: Libro primero de una futura trilogía/saga sin nombre definido aún.
Arthur y el Hechicero es el debut literario de Claudio Tassitano,
un italiano que se dedica al diseño gráfico, con múltiples aficiones
como componer música, la fotografía, los videojuegos y leer fantasía
épica y juvenil. Con semejante background y con las menciones en
las que agradece su inspiración, pocas sorpresas podemos encontrarnos en
la novela. Parafraseando al propio autor, la historia de Arthur en el mundo de Empyrea bebe directamente de los videojuegos Suidoken Tierkreis, Final Fantasy y Kingdom Hearts,
entre otros. También reconoce como fuentes de inspiración a J. R. R.
Tolkien, J. K. Rowling y Stephen King, por lo que desde el mismísimo
encabezamiento del libro sabemos por qué derroteros fantásticos nos
moveremos.
Le he dado muchas vueltas a la reseña, porque es difícil ser objetiva con un libro que no me ha convencido, que bebe de fuentes ajenas sin adaptarlas y donde encuentras personajes demasiado parecidos a otros ya existentes de otras novelas y juegos de consola. Bien es cierto que está todo dicho o casi dicho en la fantasía juvenil, que nadie va a estas alturas descubrir las Américas, pero no creo que sea difícil poner un poco de cosecha propia, adaptar las cosas o darles una visión diferente.

La historia nos sitúa en una nueva era en Empyrea,
siglos después de un cataclismo que hizo retroceder a la civilización
varios siglos, pasando de una sociedad tecnológicamente avanzada a un
sistema casi feudal. Cuatro amigos de un pueblecito del Borde Occidental
esperan a que les admitan en la Academia Militar, para seguir los pasos
de sus padres. Justo antes de emprender el viaje, descubren un templo
de la Antigüedad que se hunde en las raíces del espíritu de la madre
tierra y un peligroso hechicero negro que cambiará el curso de sus
tranquilas vidas...
No
quisiera desvelar más argumento ni las continuas ideas ajenas que
utiliza Tassitano para componer la novela que, en mi opinión, van más
allá del guiño al lector. Cualquiera que haya leído a Harry Potter, El Señor de los Anillos o El Talismán, o que haya jugado a la saga Final Fantasy y Suidoken, podrá perfectamente reconocer las tramas y los personajes incluidos alegremente y de cualquier forma en Arthur y el Hechicero.
Esto aún podría obviarse si los personajes no estuviesen tan poco
desarrollados y no fuesen tan incoherentes a lo largo de la trama. Por
poner un ejemplo de tantos, dos de los protagonistas, Arthur y Hugo, no
se comportan como dos hermanos preocupados el uno por el otro, todo lo
contrario. El autor hace mucho hincapié en su fraternidad, pero no la
manifiesta. Parecen enemigos a muerte desde la primera página.
También podemos encontrar más incoherencias en la narración, que podrían haberse depurado con una revisión más profunda de la historia y teniendo claro lo que se quería contar realmente. Hay un momento en la novela que no sabes si estás ante fantasía épica, practicando magia en Hogwarts, leyendo steampunk o ante la adaptación de un RPG de Square Enix. Lo que podría haber sido una idea genial y novedosa, se queda a mitad de camino de ninguna parte por que se pierde en su propia trama y en la forma de contarla. ¿Hay algo remarcable? Sí, no todo va a ser una mala crítica. La fantástica edición que le ha hecho Anaya Infantil y Juvenil a esta novela juvenil fallida. El papel es de calidad, sin brillos y con una letra cómoda de leer. La traducción es cuidada y no hay erratas, cosa cada vez más difícil de ver. Además, el diseño de cubierta es precioso. Me encanta la ilustración que Mónica Armiño ha hecho del libro.

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